La muerte


           Todo, absolutamente todo en ese mundo, en lo manifestado, en el mundo de las formas, es perecedero y muere.

            Pero no morimos nosotros, sino la forma, el vehículo.

            Si vas en coche y tienes un accidente, y el vehículo queda en siniestro, tan sólo es eso, sufre y muere la forma que te trasporta, pero tú no sufres daño, a no ser que te identifiques con él.

            En tu caso, nunca sufrirás ningún daño, sólo morirá el cuerpo.

            Así que la muerte no existe, ¿Por qué temer algo que no existe? Tan sólo es un cambio necesario en el mundo de las formas, ya que todo lo manifestado tiene un principio y un final. Pero tú eres inmortal, sólo tu forma física es perecedera.

            Recuerda que tú no eres la forma, no te apegues a ella.

            La mente te hará pensar lo contrario, pero no es real.

            Al tener consciencia de esto, te permite liberarte del miedo que la mente producía antes a la muerte física.

            También de la creencia que es necesario adorar a alguna forma, ya que por muy cualificada que esté para albergar al Yo Divino (lo que somos en esencia) tan sólo es una forma, y la forma no es nada, sólo un vehículo.

            La muerte no existe, así que no has de vivir temiéndola. Cuando llegue el final de la etapa física, acéptalo, a ti no te pasará nada.

            No pienses en el cielo o el infierno, ni en nada, todo está bien.        

            No hay nada que temer, porque no hay nada.